La dificultad de las empresas constructoras y promotoras para encontrar mano de obra cualificada ha sido objeto de numerosos artículos y debates durante los últimos meses. Desde CADBE, como siempre, queremos manteneros informados de la actualidad inmobiliaria y vamos a analizar este fenómeno en nuestro blog post de hoy.

¿Dónde está la mano de obra cualificada?

Desde distintos medios de comunicación y asociaciones profesionales como la AGV (Asociación de Gestores de Vivienda) se ha alertado de la dificultad para encontrar perfiles profesionales cualificados. Faltan capataces, encofradores, ferrallistas, soldadores, expertos en fachadas, es decir, perfiles profesionales con una cualificación media.

La situación es especialmente preocupante en regiones como Madrid, Barcelona y la Comunidad Valenciana donde la reactivación del mercado no ha ido acompañada por un incremento de la oferta de profesionales disponibles.

Esta situación puede resultar complicada de entender en un país donde el sector de la construcción es uno de los motores tradicionales de la economía. En 2008, según datos del INE había 2,8 millones de personas ocupadas en el sector de la construcción. Tras la crisis económica iniciada en 2009 y la consecuente caída del sector se llegaron a registrar menos de un millón de ocupados. En 2018 el sector se recuperó hasta alcanzar 1.2 millones de personas ocupadas, cifra aún muy alejada de los datos de 2008.

Aunque las cifras se recuperan lentamente, lo cierto es que muchos de estos perfiles profesionales se han desplazado a otros sectores de actividad, como el comercio o la hostelería y no desean volver a la construcción por miedo a una nueva burbuja. Los más jóvenes aún no cuentan con la formación necesaria y gran parte de la mano de obra extranjera volvió a sus países de origen tras el estallido de la crisis.

 

Aumentan los costes de producción

La dificultad para encontrar trabajadores cualificados se ha traducido en un aumento en el coste de los salarios de entre un 15 y un 20% para estos perfiles. Estos incrementos han repercutido directamente en los costes de producción de las viviendas de obra nueva y en el precio final de venta al público.

El vicepresidente de la AGV, José Luis Grajera, señalaba en nota de prensa, que se está produciendo una especulación en términos de oferta y demanda, «debido a falta de personal cualificado para acometer las obras» y como consecuencia, ya en 2017 se paralizaron proyectos en marcha o se retrasaron sus entregas.

Sin embargo, no podemos achacar el grueso de la subida de los precios, que en algunas zonas de España fue de un 10% en 2018 según el IPV (Índice de Precios de la Vivienda), a este fenómeno. Existen otros factores a tener en cuenta, como pueden ser la escasez de suelo finalista y su encarecimiento.

 

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