Hemos querido presentaros en este apartado de nuestra web este asentamiento, ya que es una sorprendente muestra de los extremos a los que puede llegar la gente en la búsqueda de la riqueza y de una vida mejor.

Conocido como el «Paraíso del Diablo», la ciudad de La Rinconada, en los Andes peruanos, fue construido a la asombrosa altura de 5.090 metros sobre el nivel del mar y se encuentra a la sombra de La Bella Durmiente, un enorme glaciar que se alza sobre la ciudad. Era una de las comunidades más aisladas del mundo debido a que solo se podía acceder atravesando un precario camino de montaña cubierto de hierba, rocas, tierra y, a menudo, hielo, por lo que el viaje podía durar varios días. En la actualidad ya se puede llegar a la población mediante una buena carretera, en su gran mayoría asfaltada hacia la ciudad de Juliaca.

El aire en La Rinconada es difícil de respirar ya que a una altitud tan grande, es peligrosamente escaso. Esto se debe a que la gravedad mantiene el oxígeno cerca de la superficie de la Tierra, y las personas comienzan a sentir el mal de altura a unos 3.048 metros, pero los residentes de La Rinconada se han adaptado a estas duras condiciones.

La zona es extremadamente pobre. La economía de la ciudad depende casi por completo de las minas de oro no reguladas situadas en la ladera de la montaña circundante; entre 2001 y 2009, el precio del oro aumentó un 235%. A medida que el precio se disparó, también lo hizo la población, a más de 30.000 personas y dado que el oro no muestra signos de desaceleración, la población ha crecido hasta cerca de unas 70.000 personas.

Las calles de la ciudad siempre están cubiertas de lodo, no existen redes de agua potable, ni de alcantarillado, y por supuesto no hay tratamiento de residuos, lo que hace de La Rinconada un gran vertedero. Algunas personas optan por quemar su basura o enterrarla fuera de la ciudad, otros simplemente lo tiran donde hay espacio. La falta de limpieza y las operaciones mineras no reguladas significan que el terreno en La Rinconada está muy contaminado con mercurio, lo que provoca que muchos de los habitantes sufran envenenamiento por mercurio, que afecta el sistema nervioso y provoca picazón, ardor y decoloración de la piel. No hay escuelas ni hospitales y la esperanza de vida de esta población es de 30 a 35 años, aproximadamente la mitad de la de un ciudadano peruano promedio. Las personas mueren lentamente, devoradas por enfermedades pulmonares e infecciones respiratorias que con el tiempo afectan el sistema nervioso, provocando deformaciones, pérdida de memoria, parálisis y muerte.

Perú es el octavo país del mundo en exportación de oro, pero no todos saben exactamente cómo se extrae. Las grandes corporaciones a menudo mantienen en secreto los verdaderos orígenes de dicho material, ignorando los abusos de los derechos humanos y la destrucción ambiental y social con el objetivo principal de obtener ganancias.

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