La escuela Bauhaus abrió sus puertas hace un siglo. Sus alumnos y profesores dieron lugar a uno de los movimientos artísticos más importantes del siglo XX. Hoy celebramos las luces y sombras de esta escuela singular.

El 1 de abril de 1919 los estudiantes cruzaron por primera vez el umbral de la escuela Bauhaus en Weimar y llenaron sus aulas. De esta experiencia que duró 14 años surgió una corriente empeñada en generar un arte adaptado a las necesidades de la Alemania de la posguerra y que terminó cambiando la manera en que entendemos hoy varias disciplinas artísticas.

El auge del nazismo, la obligó a echar el cierre en 1933, dejando tres sedes en Weimar, Dessau y Berlín y una trayectoria que la sitúa como referente en disciplinas tan diversas como la arquitectura, la tipografía o el diseño industrial.

Coincidiendo con la Constitución de Weimar de 1919, que reconocía el derecho al voto de las mujeres y a estudiar en cualquier centro educativo, la Bauhaus fue una de las primeras escuelas superiores mixtas de Alemania y ya desde el primer curso, el número de matrículas femeninas fue bastante similar al de las masculinas. Este carácter mixto condicionó muchas de sus producciones, aunque en la práctica las mujeres quedaron mayoritariamente relegadas a escuelas consideradas menores como la textil o la cerámica. Muchas de las piezas que crearon se han expuesto en museos como el MOMA, el Tate de Londres o el MET (Museum of Art) de Nueva York.

El legado de Walter Gropius

Aunque la Bauhaus tuvo profesores cuya calidad artística sobrepasa en mucho su paso por esta escuela, tales como klee o kandisky , no cabe duda que Walter Groupius, fundador y director de la escuela, fue fundamental en el desarrollo de este movimiento.

Gropius nació en Berlín, hijo y nieto de arquitectos. Estudió arquitectura en Múnich y en Berlín. Una vez acabados sus estudios trabajó durante tres años en el despacho de Peter Behrens para luego independizarse.

En 1919 fundó la Bauhaus, en la que arte y funcionalidad formaban un conjunto indisoluble. Fue director primero en Weimar y luego en Dessau, hasta 1928.

En 1934 Gropius se vio obligado a dejar Alemania como consecuencia del auge del nazismo. Buscó refugio en Inglaterra donde vivió y trabajó durante tres años. Después se trasladó a Estados Unidos, donde fue profesor de arquitectura en la escuela de diseño de Harvard.

De su etapa en Estados Unidos destacan la embajada de Estados Unidos en Atenas, el edificio de la Pan Am, Grand Central City Building, en Nueva York y el edificio John Kennedy en Boston.

La segunda vida de la Bauhaus

El auge del nazismo y el obligado exilio de los profesores de la Bauhaus provocaron que la escuela terminase propagando su filosofía en todo el mundo. En Estados Unidos, la Bauhaus consiguió implantarse en las grandes ciudades.

El profesor y fotógrafo exiliado Moholy-Nagy creó la Nueva Bauhaus que cambiaría para siempre el paisaje de Chicago, mientras que Walter Gropius formó en Harvard a arquitectos como I.M. Pei o Paul Rudolph, que luego sería mentor de Richard Rogers y del aclamado Norman Forster.

Hoy en día, la influencia de la Bauhaus se percibe en multitud de edificios en todo el mundo, nuevas construcciones y obras de arte.

 

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