CINCO mujeres pioneras en el mundo de la arquitectura:
Actualmente la posición de la mujer ha cambiado en todas las profesiones y la arquitectura no podía ser una excepción y son muchas las mujeres que lideran importantes proyectos y son muchas las que sobresalen aunque aún existen algunas desigualdades de género, como desgraciadamente sucede en la mayoría de los sectores.
Desde siempre, hasta principios del XX, la arquitectura fue concebida y realizada por hombres, pero poco a poco, y no sin un esfuerzo encomiable, algunas mujeres empezaron a destacar y a demostrar que esta no era una disciplina de un solo género.
Os presentamos en este breve artículo, a CINCO de esas mujeres, (aunque son muchas más) que no fueron justamente valoradas en su momento, pero que a pesar de las dificultades para ejercer con plena libertad, se supieron desenvolver con una gran profesionalidad en el campo de la arquitectura.
1.- Sophia Hayden
Esta extraordinaria arquitecta nació en Santiago de Chile, el 17 de octubre de 1869. Aunque fue la primera mujer en recibir su título de arquitectura en el MIT en 1890 el título obtenido en nada le garantizó trabajo alguno. Después de una búsqueda infructuosa de empleo como arquitecta, tuvo que resignarse con un cargo de profesora de dibujo técnico en un instituto de secundaria de Boston.
En 1891 se enteró por un anuncio de un concurso que se organizaba en Chicago para el diseño de un pabellón dedicado a las mujeres como parte de la World’s Columbian Exposition, y basándose en su propia tesis de grado, la arquitecta presentó una propuesta que consistía en un edificio de estilo renacentista de tres pisos. Sophia Hayden ganó este primer premio a los 21 años entre 13 participantes y pese a la trascendencia y éxito de esa exposición, su diseño recibió muchas críticas adversas, y por él, injustamente, solo obtuvo 1.000 dólares. Esa ingrata experiencia, y las muchas presiones de las que fue objeto, la hicieron renunciar a la arquitectura y nunca diseñó otro edificio. Murió el 3 de febrero del año 1953.
2.- Eileen Gray
Nacida en 1876 en Irlanda en el seno de una familia aristocrática, gozó de muy poco reconocimiento en su larga vida de 98 años. Con el tiempo se le ha reconocido como una de las grandes arquitectas de la historia y por sus diseños de muebles. En su talento se conjugaron las mejores tendencias de su tiempo, como el art déco y los ideales del modernismo.
Por el solo hecho de ser mujer, se le hizo difícil abrirse paso en un mundo en el que los hombres predominaban, particularmente en su profesión. A pesar de esto, logró actuar con independencia sin que fuese necesario que perteneciese a ninguna asociación o ningún grupo de artistas de su tiempo. Como anécdota, cabe indicar que Le Corbusier estaba indignado de que una mujer pudiera hacer una obra tan significativa en un estilo que él consideraba propio.
Su experiencia y talento en interiores cristalizó en la famosa casa de vacaciones E-1027, en el sur de Francia, y con este proyecto, junto con el diseño para el Salón de Otoño de París en 1923, consiguió el reconocimiento de Le Corbusier. En la actualidad se le ha hecho justicia a su talento y creatividad, y se le califica como la artista genial que fue.
3.- Marion Lucy Mahony
Nacida en 1871 y estadounidense, fue la segunda mujer que recibió su título de arquitecta en el MIT, y a pesar de que debería haber figurado con méritos propios en la historia del urbanismo moderno, fue solo en el centenario de la ciudad de Canberra donde su nombre y su obra se le reconocieron en igualdad de términos que a su marido, Walter Burley Griffin, con quien diseñó esa ciudad. Este matrimonio compartió la idea que de una civilización moderna cada persona tenía que vivir en casas que estuvieran en sintonía con la naturaleza.
Los dibujos de Mahony, creados en tinta, formaron gran parte de lo que se conoció como el Wasmuth Portfolio, y son de calidad indudable según reconoció en su momento en el New York Times, pero lamentablemente, los historiadores de la arquitectura la hicieron a un lado por su condición de mujer cuando se hacía mención del proyecto de Canberra, pero es innegable que su participación fue fundamental y es notoria ante los dibujos del proyecto.
Después de vivir en Australia con su esposo, donde se dedicaron a supervisar su proyecto, se trasladaron a la India y continuaron su trabajo en conjunto. Griffin murió en 1937 y Marion Lucy Mahony ya no quiso trabajar en el sector.
Falleció muchos años después, en 1961.
4.- Denise Scott Brown
Imposible decir tanto en pocas palabras de esta genial arquitecta, urbanista, escritora y profesora estadounidense nacida en Zambia, antes Rodesia, en 1931. Aunque sus aportes en el ámbito de la arquitectura han sido a través de muchas obras y fue la responsable en la formación de miles de arquitectos en todo el mundo, se le reconoce por sus propuestas urbanísticas, a pesar de que históricamente siempre ha sido “la arquitecta invisible”.
El periódico The Guardian la retrata a la perfección en su artículo interesante con el título de “Desairado, engañado, borrado: el escándalo de las mujeres invisibles de la arquitectura“.
Como caso importante de reseñar, en 1991 se le otorgó el premio Pritzker a su socio Robert Venturi, y, deliberadamente, se le excluyó por más que se trataba de un trabajo en conjunto. Venturi manifestó su descontento y protesta, no asistiendo al acto de entrega de premios.
La lista de sus obras representativas es muy extensa en varias ciudades de Estados Unidos y, aunque de manera tardía, ha sido objeto de numerosos reconocimientos y distinciones, destacando el premio Jane Drew, premio que reconoce una trayectoria que haya contribuido al status de las mujeres en arquitectura).
5.- Norma Merrick Sklarek
Nacida el 1926 en Harlem, Nueva York, se le considera como la primera mujer negra pionera en arquitectura. Trabajó entre bastidores en algunos de los proyectos arquitectónicos más grandes de América. También fue la primera mujer afroamericana elegida como miembro del prestigioso Instituto Americano de Arquitectos (FAIA). Curiosamente, después de recibir su título de arquitecta, Norma Merrick no pudo encontrar trabajo en una empresa de arquitectura. Después de ser rechazada por docenas de despachos de arquitectura, tomó un trabajo en el Departamento de Obras Públicas de Nueva York.
Desde 1960 hasta 1980 utilizó tanto su experiencia arquitectónica como sus habilidades de gestión de proyectos para realizar muchos proyectos multimillonarios de la gran empresa Gruen Associates, convirtiéndose en la primera mujer directora de producción de la empresa en 1966. Como directora de producción, Skarek tenía inmensas responsabilidades, pero rara vez se le reconocía en el proyecto terminado. Sólo la Embajada de los Estados Unidos en Japón ha reconoció las contribuciones de Sklarek en la promoción del emblemático Pacific Desingn, diseñado por César Pelli y por ella misma en nombre de Gruen Associates de Los Ángeles, y lo definió como “tan sencillo y práctico como la propia Sklarek”.