La rehabilitación de edificios históricos suele resultar muy controvertida, despertando en ocasiones olas de indignación cuando los arquitectos son demasiado audaces en sus planteamientos. Sin embargo, algunas propuestas innovadoras nos han dejado edificios espectaculares que mezclan estilos diversos consiguiendo equilibrio y armonía.
Hoy te queremos mostrar algunas de nuestras intervenciones favoritas en edificios públicos y museos de Europa.

Museo Louvre (París)

El arquitecto chino-estadounidense Leoh Ming Pei diseñó la polémica pirámide del Louvre, inaugurada en 1989. Aunque ahora es un emblema de la modernidad de todo un país, esta pirámide de 20,1m de altura, creada en vidrio y aluminio, fue ampliamente criticada en los años 80.

El encargo de la rehabilitación del mayor museo del mundo y antiguo palacio de los reyes de Francia a Ming Pai generó la incomprensión de muchos franceses. La presentación de la maqueta del proyecto desencadenó grandes críticas lideradas por los periódicos Le Monde y Le Figaro.

A día de hoy, la pirámide del Louvre es uno de los símbolos más reconocibles del propio Museo que cuenta con joyas en su interior como La Gioconda de Leonardo Da Vinci o La Venus de Milo.

 

British Museum (Londres)

El British Museum es uno de los museos más emblemáticos de la capital británica. Su colección, una de las mejores del mundo, se inauguró en 1759, tras la donación del coleccionista irlandés Sir Hans Sloane de más de 71.000 objetos. Hoy en día, la colección se ha ampliado enormemente y el museo es famoso por sus piezas de arte antiguo entre las que destacan las provenientes de Egipto y Grecia.

El British se encuentra ubicado en un edificio de estilo neoclásico diseñado por Robert Smirke que se terminó de construir en 1857. En el año 2.000 se inauguró una de las últimas ampliaciones del museo, diseñada por el estudio del arquitecto Norman Foster. Se trata del Gran Atrio de Isabel II, que se ha convertido en la mayor estructura cubierta de Europa. La espectacular bóveda de acero y cristal está formada por 3.312 paneles de cristal, todos ellos con un tamaño diferente.

 

 

Tate Modern (Londres)

El Tate Modern es el museo de arte moderno más visitado del mundo, superando al MoMa de Nueva york y al Museo Reina Sofía de Madrid. Lo que hace tan especial al Tate Modern es su ubicación. Está situada en la antigua Central Eléctrica de Bankside, junto al río Támesis. Este emplazamiento se inauguró en el año 2.000 tras cuatro años de reformas.

El Tate Modern acoge obras de artistas procedentes de todo el mundo. Su colección permanente incluye obras  de Henri Matisse, Pablo Picasso, Gerhard Richter y Wassily Kandinsky.

La reconversión de este espacio industrial en museo ha resultado un gran acierto. Entre sus enormes galerías abiertas destaca la Sala de Turbinas dedicada a esculturas de gran tamaño y a montajes artísticos diseñados especialmente para la sala.

 

 

Museo Reina Sofía (Madrid)

Ubicado junto a la estación de Atocha, el edificio Sabatini, sede del Museo Reina Sofía, fue fundado como Hospital de San Carlos en el Siglo XVIII.  El edificio toma su nombre del arquitecto italiano encargado de su construcción.

En 1980 se emprendió una remodelación para que fuese usado como sala de exposiciones, hasta que en 1990 se convirtió en el actual museo. Una de las reformas más controvertidas que sufrió el edificio fue la creación de las dos monumentales torres de vidrio y acero que albergan los ascensores exteriores y que hoy son toda una atracción.

Los ascensores fueron obra de los arquitectos españoles José Luis Iñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro, en colaboración con el arquitecto británico Ian Ritchie.

 

 

Cúpula del Reichtag  (Berlín)

Hay pocos lugares tan reconocibles del Berlín actual como la cúpula del Reichtag, creada por el estudio del arquitecto británico Norman Foster en 1999.

La idea de la remodelación nace  a principios de los años 90, cuando se inician en Berlín diversos proyectos para acoger las sedes de las principales instituciones del país.

La remodelación del edificio del Reichtag así como la restauración de su fachada, que se encontraba muy dañada, y la construcción de la cúpula dieron como resultado el edificio que hoy conocemos. Norman Foster ganó en 1993 el concurso internacional convocado con el objetivo de reconstruir la estructura demolida en 1954. La nueva cúpula es una estructura de vidrio y acero en cuyo interior se encuentra una zona de observación en correspondencia con la sala de plenos.

En el centro hay un cono invertido revestido por 360 espejos inclinados que reflejan la luz natural, iluminando la sala de plenos durante el día. Por la noche, se da el proceso inverso, la luz artificial de la sala de plenos, ilumina la cúpula a través de los espejos por lo que desde el exterior se puede saber cuando el Parlamento se encuentra reunido.

 

 

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