El concepto de metaverso apareció por primera vez en 1992 de la mano del escritor estadunidense Neal Stephenson. En su novela Snow Crash describió una especie de espacio virtual colectivo compatible y convergente con la realidad. Para acceder a ese mundo eran necesarias unas gafas, disponibles en terminales privadas o públicas en el mundo real, que permitían aparecer como un avatar en el mundo virtual y otorgaban la capacidad de moverse en ese entorno.
En un mundo cada vez más digital, la línea que separa lo real de lo virtual se torna difusa. Y más que lo será si el metaverso se hace realidad. El objetivo de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, y de otros grandes líderes tecnológicos es crear una red virtual a través de la cual las personas puedan interactuar y realizar actividades en línea, desde ir de compras hasta acudir a un concierto o jugar a un videojuego, convirtiéndose así en un escenario más de nuestra vida.
La evolución tecnológica, en una incansable búsqueda por hallar nuevas formas de confort y entretenimiento, es constante en el mundo actual. Así es como los empresarios tecnológicos, con sus revolucionarias ideas, se han convertido en los grandes visionarios del siglo XXI. Hablamos de personalidades como Mark Zuckerberg (Facebook), Jeff Bezos (Amazon) o Elon Musk (Tesla). ¿Una de sus últimas genialidades? El metaverso. A continuación, ahondaremos un poco más en el concepto y en su implicación para el futuro de nuestras vidas.
LOS MUNDOS VIRTUALES.
Una de las consecuencias de la citada evolución tecnológica es que la línea entre el mundo real y el virtual es cada vez más difusa. Las redes sociales invaden nuestro día a día y pasamos una gran cantidad de horas en ellas interactuando con otras personas. Incluso, hemos llegado a sumergirnos en videojuegos gracias la realidad virtual o a insertar elementos virtuales en el mundo real a través de la realidad aumentada.
PERO, ¿QUÉ ES EL METAVERSO?.
Ante nuestras crecientes incursiones en el mundo virtual y nuestra mayor dependencia de él, el metaverso propone eliminar definitivamente las barreras entre lo real y lo virtual. Un metaverso, por tanto, sería un entorno en el que los seres humanos podrían interactuar tanto social como económicamente a través de avatares en el ciberespacio, el cual funciona como un reflejo del mundo real, pero sin las limitaciones físicas de este.
Para ahondar aún más, hay tres características que se consideran imprescindibles en el metaverso:
Interactividad
El usuario tiene que ser capaz de comunicarse con los demás usuarios, así como con el propio metaverso. Dicho de otra forma, tiene que poseer la capacidad de influir sobre objetos y usuarios.
Incorporeidad
El metaverso elimina las barreras físicas y lo más similar a la corporeidad lo encontraríamos en elementos como nuestro propio avatar, que representaría nuestra identidad.
Persistencia
El metaverso irá concretándose más y convergerá en la unión de distintas tecnologías relacionadas con la inmersión virtual, de manera que nuestra vida ahí gozará de continuidad.