Desde 1979 los grandes arquitectos han sido premiados anualmente con el premio Pritzker, un reconocimiento mundial que en el año 2020 le ha sido concedido a dos mujeres arquitectas; Ivonne Farell y Shelly McNamara, cuyas obras beben de una importante corriente arquitectónica surgida en los años 50: el brutalismo.

Quiénes son las ganadoras del Premio Pritzker

Las dos arquitectas galardonadas con el Pritzker de este año se conocieron en la universidad, cuando ambas estudiaban arquitectura. Juntas han elaborado multitud de proyectos arquitectónicos durante sus 40 años de carrera colaborativa.

Además de en la arquitectura, han sido de gran importancia dentro del mundo educativo. A partir de 1976, desarrollaron parte de su carrera dentro de la School of Architecture en el University College de Dublin (UCD) donde fueron profesoras.

En 1978 fundaron un estudio de arquitectura llamado Grafton Architects (que adopta su nombre de la calle donde está situado). A través de este estudio han recibido importantes premios dentro del sector y han realizado grandes proyectos culturales y académicos.

Dentro de sus obras destacan el Urban Institute de Irlanda, el University College de Dublin (Dublín, Irlanda 2002), Loreto Community School (Milford, Irlanda 2006), el Solstice Arts Centre (Navan, Irlanda 2007) y la Medical School, University of Limerick (Limerick, Irlanda 2012).

 

Campus universitario UTEC Lima, foto cortesía de Iwan Baan

Entre los galardones más importantes que han recibido está el World Building of the Year, recibido en Barcelona en 2008, en el que participaban con su primer proyecto internacional: la Universidad Luigi Bocconi de Italia.
Un poco después, en 2016, recibieron el RIBA International Prize, concedido por el Real Instituto de Arquitectos Británicos que quiso premiar el trabajo realizado en el Campus Universitario UTEC Lima (Lima, Perú 2015).

Cómo son los espacios que proyectan

Los espacios arquitectónicos de Farell y McNamara son actuales. No buscan la opresión, sino la compenetración con el medio. Funcionan bien dentro de los espacios urbanos y no alteran la naturaleza en los espacios rurales.
Dentro de sus obras tiene un papel predominante el uso de la luz natural. El uso del cristal y grandes ventanales permite el máximo aprovechamiento lumínico posible. Este aprovechamiento de la luz se traslada incluso a los espacios subterráneos. En definitiva, apuestan de forma clara por la reducción de la luz artificial y por los espacios diáfanos.


Los espacios que proyectan suelen ser espacios de uso público tales como escuelas y universidades. Para el jurado del Premio Pritzker destaca la “integridad en su enfoque, tanto de sus edificios como de su práctica, su generosidad hacia sus colegas, su actitud responsable hacia el medio ambiente y su compromiso incesante con la excelencia en la arquitectura “.

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