Durante la crisis del coronavirus, logicamente se paralizó cualquier operación de compra-venta de viviendas. Tanto es así, que hasta que pase el estado de alarma los notarios sólo atenderán los casos de urgencias, y en los primeros días laborales de aplicación del estado de alarma, el cierre obligado de las agencias inmobiliarias  provocó, por ejemplo, la paralización de más del 60% de las compraventas previstas solo en Cataluña. Es como si se hubiera parado un sector que venía de una cierta tendencia continuista al alza, o al menos, estabilizada y de repente se dejan de tomar decisiones de compra o venta a la espera de la evolución de las siguientes semanas. Sin embargo, habrá un momento en el que todo termine. Entonces, como siempre y por desgracia, en las crisis también surgen oportunidades, de hecho ya estamos viendo bajadas de precio en el coste de la vivienda.

Aunque aún sea temprano para métricas, datos o previsiones, desde la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI) se prevé una caída del 10% en el precio medio de la vivienda en España durante los próximos meses. Por otro lado, expertos inmobiliarios hablan de una caída del 8% para 2020 tomando como referencia el índice de importantes portales inmobiliarios y opinan que el comportamiento del mercado inmobiliario de lujo, al igual que otros sectores de la economía, dependerá exclusivamente del periodo de tiempo en que tardemos en volver a la normalidad. El sector inmobiliario no se comporta como la bolsa en términos de inmediatez, ya que la compra de una vivienda es una decisión a largo plazo. 

En el mercado de nuevas promociones de vivienda también bajarán los precios, pero no de forma tan acusada. lo que si es fácil  que  suceda es un aumento de los plazos de entrega, esta sería la parte más afectada por la crisis del coronavirus. Tampoco sería de estrañar que en un momento en el que la volatilidad es más que notable, los inversores se muevan hacia otros sectores más seguros como el real estate en activos prime, pues en estos momentos la prioridad es minimizar el riesgo y apostar por activos estables que vayan a garantizar una rentabilidad de, por lo menos, entre el 3% y el 6%. 

 Como ya ocurrió en el pasado, el ajuste de precios no será igual en todo el país. Como casi siempre, los precios caerán menos en las grandes ciudades, se prevé que el ajuste estará entre el 5% y el 7% dependiendo de la urbe, y donde además la recuperación será más rápida. El precio de la vivienda se sigue rigiendo por la oferta y la demanda, que recoge esas variables y también la evolución de los tipos de interés. En otras palabras, lo más importante es saber si los bancos van a seguir concediendo hipotecas y a qué ritmo.

Según algunos expertos. ahora serán los compradores los que dominen el mercado, provocando un ajuste de precios a la baja, impulsado sobre todo por aquellos que poseen liquidez en estos momentos. Los que quieran comprar y estén atentos a los plazos, parece que tendrán una buena oportunidad a corto y medio plazo. Pero en resumidas cuentas, todo dependerá de la evolución de  lo anteriormente comentado, y en especial en cómo los medios transmitan toda la información para provocar bien una calma deseada o bien para enervar aún más este sector.

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